Cuando estás enfadado, es imposible leer y comprender: Qué dice la ciencia.
Te ha pasado esto…
Pretendes ponerte a estudiar o leer un libro justo después de discutir con alguien o llevarte una noticia inesperada y te resulta imposible mantener la atención 20 segundos seguidos.
Se trata de la fase en que tu amígdala ha secuestrado literalmente tus funciones corticales superiores.
La parte baja del cerebro absorbe toda tu energía mental para que puedas preparar un ataque, más físico que psicológico, y defenderte de aquello que amenaza tu bienestar personal.
De esta manera, nuestra parte ejecutiva, encargada del lenguaje y el razonamiento, está más saturada que nunca entre soliloquios mentales…
– “…¿hemos hecho bien?, hemos hecho mal…deberíamos actuar, o no… si lo hemos hecho, de la mejor manera.. o no… ¿?”
Es muy evidente, pero también hay estudios que demuestran que las personas rinden mucho peor en cualquier ámbito que requiera un mínimo de atención y concentración, si estas tienden a frustrarse con facilidad ante situaciones emocionalmente negativas (provocadas por ellas mismas o no).
Así que voy a darte 2 truquitos (que no son meditar) para que la próxima vez que intentes ponerte a estudiar, mientras tu amígdala controla tus funciones ejecutivas, puedas tomar la mejor decisión para no perder el tiempo y los nervios.
1. Esto te sonará más si eres alumno porque sabes que trabajamos mucho con la idea de “la fijación”. Bien.
No pretendas sentarte a enfocar tu atención en la lectura ni en su comprensión. En su lugar, levántate de la silla, busca un punto a la altura de tus ojos y deja la vista con la fijación estática. Sin mover tus músculos oculares ni ladear la vista o la cabeza.
Un plus aquí de alto nivel aquí es que una vez tengas fijada la vista, trates de atender a tu percepción periférica conscientemente.
Esto funciona porque el pensamiento y la mente errante requieren conmutar este proceso con el movimiento ocular, (como al soñar) y si lo fijas en un solo punto, bloqueas también las funciones que te hacen sobre pensar. Pero si además, tomas el control de tu atención para mirar periféricamente, estás impresionando a tu mente inconsciente.
2. Busca a alguien y sácale conversación. Si estás en compañía o puedes encontrarla fácil, priorízala. Trata de hablar durante 10 o 20 minutos antes de ponerte a estudiar, pero no para contarles directamente tu problema (eso agrava el soliloquio porque tiendes a avivar la indignación que sientes), sino para escuchar los suyos o lo que quieran contarte.
Está demostrado que la reciprocidad en la comunicación cambia el modo en que atendemos a nuestra voz interior, pasando de un estado de alerta a un estado de empatía. Usa la comunicación dejando hablar a los demás para cambiar tu estado mental, relativizando tu situación para volver al foco de atención.
En la atención de la lectura intervienen muchos factores y variables de distracción, pero el 95% de ellas son internas o se pueden solucionar con habilidades de autocontrol.
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Cualquier duda que tengas puedes responder este email y lo hablamos.
Un abrazo,
Álex.-
Del equipo de Lectura Ágil.