Un granjero y su familia tenían una gallina que, cada mañana, ponía un huevo de oro. El granjero estaba muy feliz y poco a poco se iba haciendo más rico. Pero pronto, la avaricia se apoderó de él, porque sus hijas querían vestir cada vez mejor y su mujer tener una casa más grande.
Un día, desesperado por las reprimendas de sus ansiosas hijas, pensó que dentro de la gallina había una gran cantidad de oro, así que decidió matarla para obtenerlo todo el oro de una vez.
Sin embargo, al abrirla, no encontró nada. Había perdido su valiosa gallina y los huevos de oro que ponía cada día.
El granjero y su familia aprendieron que la avaricia puede llevar a perderlo todo.