¿Por qué no es lo mismo leer que escuchar un audiolibro?
Muchos sois los que me habéis preguntado con ello y muchas son las dudas que amanecen por internet comparando estos dos formatos para tratar la información.
En los últimos años la venta de audiolibros ha crecido notablemente. Al mismo tiempo que aumentan los fans del audiolibro, también crece el debate en torno a este nuevo formato de “lectura auditiva”. No son pocos los que se preguntan si es trampa escuchar un libro, si es un engaño, un fraude que si uno va a sustituir al otro, en fin…
Lo cierto es que leer es diferente que escuchar, pero no es cuestión de qué es mejor o peor, sino que son dos medios de comunicación diferentes y cada uno puede adaptarse mejor a determinados objetivos.
Por ejemplo, los audiolibros son una excelente herramienta para los niños.
Además de que a los peques les encanta una buena historia, este medio ofrece otros beneficios como son la estimulación de la imaginación, mejora de la capacidad de escucha y de atención, aumento de la comprensión lectora, o incluso les ayuda a dormir.
Por otro lado, Daniel T. Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia, considera que los audiolibros son una excelente solución para las personas que sufren dislexia. Permite al oyente disfrutar de un libro sin tener que realizar el trabajo de decodificación del texto escrito.
Pero también, afirma que para un lector habitual, la lectura no implica un mayor esfuerzo que la escucha. De hecho, para comprender el lenguaje escrito utilizamos el mismo proceso mental que evolucionó para entender el lenguaje oral. Hay investigaciones que demuestran que se obtienen resultados de comprensión muy similares al hacer una prueba de “lectura escuchada” que leída.
Aunque cuando hablamos de memorización y asimilación la cosa cambia, siendo más productiva la lectura o las técnicas de estudio que la escucha de un temario, como veremos más adelante.
La experiencia de leer un libro y escucharlo es semejante, en ambos formatos los estímulos externos desaparecen para vivir una historia dentro de tu cabeza. Pero a pesar de esto, existen grandes diferencias entre leer y escuchar.
Audiolibros VS Lectura tradicional ¿Qué diferencias hay?
Compromiso: Leer VS escuchar
La primera gran diferencia entre leer un libro y escuchar un audiolibro es el compromiso adquirido. Leer es algo que tú haces, mientras que escuchar es algo que te ocurre. El libro escrito necesita que tomes parte activa para que la narrativa avance, mientras que en el audiolibro la historia avanza independientemente de tu participación.
Consecuencias: La falta de una acción consciente puede hacer que el impacto no sea tan relevante en nuestra mente. Lo recordaremos con menos detalles y desaparecerá del acceso consciente con más facilidad.
Narrador: Voz Interior VS Narrador Profesional
A pesar de que el acercamiento a la narración es igual, existe una gran diferencia entre utilizar tu propia voz a la de un narrador profesional. Un locutor profesional crea una dinámica que no existe de la misma manera en los textos escritos.
Consecuencias: Un narrador externo puede puede recrear una experiencia diferente, incluso mejor que la que objetivamente se encuentre en el libro, pero no será la tuya y te limitará más en cuanto al uso de imaginación y tu propia percepción del contenido del libro.
Prosodia del lenguaje: Respuesta Emocional VS Experiencia Personal
La otra gran diferencia se llama prosodia del lenguaje. Esto es el conjunto de manifestaciones que apoyan la producción del lenguaje oral, como son la entonación, ritmo, acentuación, velocidad del habla…
Gracias a la prosodia vivimos una experiencia más social al escuchar los matices vocales que transforman el mensaje más allá de las simples palabras. La misma frase puede ser un sincero cumplido, o una cruel burla. Y la prosodia será la que nos señale el auténtico sentido. De esta manera, es más sencillo provocar una reacción emocional en un audio que en un texto.
Por otro lado, en el lenguaje escrito no hay símbolos que denoten la prosodia, pero un lector lo deducirá a medida que avanza en su lectura. Además, la lectura es una experiencia más personal, ya que es tu imaginación la que recrea el mundo que está en las palabras.
Asimilación de información: Aprender VS Lectura Ociosa
Aunque pueda parecer que la prosodia hace más fácil la comprensión cuando se escucha que cuando se lee, esto no siempre es así. Por ejemplo, cuando se trata de aprender, la lectura nos ayuda a asimilar la información mejor que la escucha.
En este estudio se comparó la asimilación de un tema científico en ambos formatos por un grupo de estudiantes. Una parte del grupo abarcó el tema mediante el formato escrito, frente al formato de podcast del resto de estudiantes.
Una prueba escrita dos días después mostró que los oyentes obtuvieron una nota del 59 por ciento frente al 81 por ciento de los lectores.
Cuando estudiamos, leemos de una manera diferente. Dependemos de nuestras capacidades de lectura; podemos reducir la velocidad o hacer lectura rápida, concentrarnos más, hacer relecturas después de prelecturas, pararnos a pensar, a anotar… trabajamos con hábitos mucho más versátiles para estudiar.
Además, el texto escrito ayuda al lector con su organización en encabezados y párrafos.
Por lo tanto, las cualidades de lectura y escucha son más similares en las narrativas simples que en las explicativas.
Los relatos emplean conceptos familiares y son más predecibles que los ensayos expositivos o los temarios estudiantiles, que tratan temas más complejos y requieren de una lectura más metodológica.
También es cierto que esto irá cambiando en el futuro. A medida que los audiolibros sigan ganando terreno, los oyentes irán adquiriendo mayor experiencia en su asimilación, y los editores desarrollaran nuevas maneras de organizar el contenido de forma auditiva.
Es muy probable que muchas editoriales hagan “combos” de libros con audiolibros y que preparen metodologías para que trabajen de forma conjunta.
Literatura a todas horas: la multitarea
Los audiolibros no sustituirán a los libros escritos porque los utilizamos de manera diferente.
Más del 80 por ciento de los oyentes de audiolibros le gusta realizar otras tareas mientras escuchan, cosa que no podrían hacer con un libro en las manos. Y esta, es la gran ventaja del audiolibro.
En este caso, no hay duda. Los textos escritos pueden ser lo mejor para retener ideas, pero el audiolibro permite aportar literatura a momentos que de otra manera sería imposible. Mientras se hacen las tareas domésticas, cuando conduces, haces ejercicio, etc. un audiolibro puede ser el compañero perfecto.
Pero también es cierto que los audiolibros necesitan que la tarea no precise de demasiada atención, porque si no es muy fácil perderse los puntos importantes de la trama.
Conclusión
La conclusión final es que escuchar un libro no es hacer trampas ni es lo mismo que leerlo. Leer y escuchar NO se debe entender como dos maneras iguales de abordar la literatura. Sencillamente depende de la intención y tipo de contenido.
Entender las diferencias entre ambos formatos nos permitirá utilizarlos de la mejor manera en nuestro beneficio. Al final, lo único que importa es el abanico de posibilidades que se nos ofrece experimentar con nuevos formatos de aprendizaje.
Asi que… Cuéntame! ¿tú que prefieres? Libro o AudioLibro y para qué. 😉
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