¿Quieres mejorar tu velocidad de lectura y tu memoria al mismo tiempo? Entonces tienes que corregir este mal hábito que te está haciendo perder hasta un 30% de tu tiempo.

Sí, en el proceso promedio de lectura, un 30% está dedicado, gastado y perdido en la tarea de releer. En una hora, eso significan unos 18 minutos que dedicas a revisar un texto que ya has leído, ya sean varias líneas esporádicas o incluso párrafos enteros.

¿A que no imaginabas que era tanto?

Esto no sólo reduce tu velocidad de lectura, sino también tu capacidad de memorización, ya que estás interrumpiendo el flujo de información constantemente. Pero vamos a verlo por pasos:

 

¿Cuál es tu nivel de lectura?

¿Eres un lector lento, promedio o rápido? Haz ahora nuestro test de lectura y comprensión para saberlo.

Pincha aquí para comenzar el test

 

Pero… ¿por qué ocurre esto?

Las razones pueden ser muchas, desde ruido en la sala hasta poco hábito de lectura (y por ende, una mala concentración). Pero hoy quiero centrarme en dos:

  1. La sensación de que has olvidado comprobar un detalle importante

  2. No tener la suficiente información previa como para comprender de inmediato el tema

En la primera, esa sensación de “haber perdido algo importante” te impulsa, muchas veces sin necesidad, a parar y volver atrás.  En el segundo caso, crees que no estás asimilando bien el conocimiento porque tu memoria a largo plazo no los trae de forma inmediata, y sientes que has entendido muy poco.

Cualquiera que sea la razón que te impulse a releer, lo único que consigue es estancar tu progreso. La velocidad disminuye y por lo tanto tu comprensión y tu memoria, también.

Déjame que te pregunte algo. Cuando vas al cine o estás viendo una serie en tu casa, seguro que también hay momentos en los que pierdes la concentración y se te escapan detalles, o alguien te susurra algo y te distraes por unos segundos. Pero, a no ser que sea una interrupción muy grande, ¿a que no paras la peli y vuelves a verla desde el principio?

Aunque tengas la sensación de que estás perdiendo cosas, tu cerebro es capaz de retener mucho más de lo que crees. Quizás en ese mismo instante no lo veas claro, pero después de reposar la información verás que sí.

Por eso, este es mi consejo:

¿No comprendes lo que has leído? ¡Sigue adelante! No sirve de nada leer 12 palabras y retroceder 6.

 

Hagamos un ejercicio sencillo

… y cuéntame con un comentario lo que has logrado.

Selecciona un texto, ni muy corto ni muy largo, que no hayas leído anteriormente, e intenta leerlo SIN releer ni una sola vez. No importa que aparezca la sensación de la que te he hablado o que creas entender poco el tema, solo sigue adelante hasta llegar al final.

Atención: no se trata de pasar volando por el texto, lo único que te pido es intentar leerlo completo a un buen ritmo y con la concentración necesaria, sin hacer regresiones.

Para ayudarte, usa el dedo como guía y síguelo hacia adelante. De esta manera podrás controlar mejor que solo avances, dejándote guiar.

¿Cómo te ha ido? Cuéntanoslo en los comentarios para que así otros puedan ver también tus resultados.

Seguramente te haya costado la primera vez, pero es un ejercicio muy recomendable con numerosos beneficios.

¿El mejor de todos?

Si al final de la lectura sientes que no has comprendido suficiente, tendrás tiempo de sobra para volverlo a leer el mismo texto desde el principio hasta el final, empleando el tiempo que has ahorrado al olvidarte de las regresiones. Con esa segunda pasada notarás que tu comprensión del tema es superior y que las palabras han pasado por tu cabeza con mayor claridad.

Sigue la misma lógica que cuando estudiamos: lo primero es hacer una lectura de todo el contenido para afianzar la línea general de estudio.

De ahora en adelante, ya sabes: no vuelvas atrás; no releas.

Al final del texto siempre acabarás entendiendo lo que antes parecía no tener sentido para ti. Tu cerebro ya lleva muchos años acostumbrado a esa forma de leer y memorizar, y solo con la práctica podrás lograr que deje atrás las regresiones y te acompañe en una lectura mucho más fluida, rápida y productiva. ¡Si quieres notar en tu cerebro el cambio… empieza a entrenarlo!

sid