¡Vamos allá! hoy hablaremos de esos 6 hábitos, que para mi, son esenciales y que comparten la mayoría de los estudiantes que destacan por su fluidez e inteligencia.

 1. Prepáralo todo antes, siempre antes.

Hacer frente a los planes de un estudiante es algo difícil, para qué engañarnos.

Lidiar con tus situaciones de vida, asumir el plan trabajo con tus horarios y tus asignaturas, tus relaciones…  tienes que tener en cuenta varios factores e intereses.

Tienes que asumir un mandato bien claro: dejar todo para el último momento, solo es mantener un ritmo en el que nunca te permites estar tranquilo, por el contrario, siempre tiendes que estar estresado para llegar a últimas y desprevenido.

Es tristemente comprensible que muchas personas piensen que estos hábitos son algo con lo que se nace, ya que los estudiantes avanzados que controlan todas sus situaciones parecen no requerir ningún esfuerzo para estar siempre por delante.

Para entender que esto no es así, que nadie nace sabiendo piensa en algún hábito que tengas asumido en tu vida y te salga de forma automática. Por ejemplo:

Todos los días al levantarte, te duchas, te aseas y vas a comprar el desayuno.

Todos los días tienes que hacer algo que es sagrado para ti o una “obligación” que no da pie a dudas ni da cabida a “que puedas permitirte pensar en NO hacerlo”, como ir al gimnasio, tus clases de padel o tu rutina de meditación. Has conseguido convertirlo en el hábito que sabes que te mantiene saludable. Piensa en tu caso particular.

Si lo recuerdas detenidamente, puedes percibir como es el momento en que tomas esa decisión: automática, sin esfuerzo y rutinaria. No te cuesta.

Conseguir lo mismo con tus rutinas de estudio no va más allá que saber, que cuando las integres en tu vida, como haces con las cosas que te gustan y no te cuesta poner en marcha, vas a mejorar de una manera increíble toda tu vida, no solo tus estudios. Así que asúmelo lo antes posible.

¿Cómo puedes aplicar esto en tus estudios desde el principio?

Ponte un recordatorio para ir a ver cuáles serán tus clases de carrera o instituto, hazlo antes que nadie. Plántate en el instituto o la universidad e investiga cómo se van a repartir las clases y dónde vas a tener que ir para desarrollar cada asignatura.

Conoce a tus profesores y elige antes que nadie las optativas y sitios donde estudiar.

Otro buen hábito llevado a una escala más pequeña y personal es trabajar para que tus relaciones mejoren. Anota los cumpleaños y las fechas importantes de las personas que son relevantes y merecen tu atención.

Mantén tu casa ordenada y tus útiles diarios bien controlados para que no tengas que perder tiempo de última hora para encontrar o prepararte para desarrollar alguna tarea importante.

Aprende qué son las finanzas personales lo antes posible, y en la medida del posible, no te dejes engañar por gastos innecesarios y muy caprichosos.

2. No te sientas acomplejado ni por tu edad ni por nada.

Los estudiantes exitosos de verdad, nunca se dejan amedrentar porque algo les parezca fuera de su alcance, difícil de conseguir o que a priori no entienden.

Warren Buffet tiene una espectacular frase que dice así:

“Parece que el hombre, no puede desligarse de esa perversa naturaleza que le hace disfrutar, complicando lo sencillo”.

Toma buena nota esto, para que entiendas que ahí fuera, cabe la posibilidad que la gente que sabe más que tu, sienta celos de su conocimiento. Esto solo quiere decir que nunca te lo va a poner fácil a la primera. Pero eso no significa que tengas que rendirte antes de tiempo o que debas dejarte cohibir por conocimientos que piensas están fuera de tu alcance.

Y no hablo de no ser alguien que olvide divertirse, sino de ser alguien que vea los desafíos como algo motivarte, no como un barrera.

Si te dedicas a posponer tus desafíos en vez de afrontarlos, nunca llegarás a ellos bien preparado. Es más, intenta buscarlos y entenderlos, y verás que cada vez sientes más confianza frente a ellos y a las personas que tratan de plantearlos como tal.

3. Construyendo relaciones con los profesores

No te cortes, si sientes interés por la temática que expone, acércate después de alguna clase y coméntale que te parece interesante. Trata de encontrar algún punto diferencial o algo que no ha dicho que puede ser relevante para él.

Mantén el contacto, se amable y que vea que te preocupas su trabajo.

Puede que te traten de pelota o interesado, eso pasaba mucho en mi época de estudiante. Pero sinceramente, si tu interés es real, acéptalo y vanaglóriate de ello. Al fin y al cabo, estás controlando la situación mucho mejor que aquellos que tratan que crear distancias entre profesor y alumno. Es decir, estás siendo inteligente.

Este hábito de relacionarte mejor con los profesores te traerá muchas cosas buenas, como por ejemplo:

  • Recomendaciones a otras personas importantes y oportunidad de becas.
  • Anticiparte a oportunidades para desarrollarte más allá lo que aprendes en una clase normal.
  • Conocer mejor cuáles son las debilidades de enseñanza de tu profesor y así prever posibles preguntas en los exámenes.
  • Ayudar a tu profe a sacar temas de reflexión en clase.
  • Conocer a personas mucho más interesantes y relevantes que el alumno que destaca por su rebeldía en el instituto o tu compañero de cuarto.

4. Busca oportunidades por doquier.

Los estudiantes de éxito, tienen hambre de oportunidad y tratan de aprender ahí fuera todo lo que pueden.

Leen muchas fuentes diferentes y lo hacen varias veces, para conocerlas bien. Saben que la repetición, afianza el conocimiento y la seguridad en algo.

Les gusta incursionar en varios temas para probar, de esta manera continúan con ellos o los descartan con mejor criterio. Esto también te permitirá ser más creativo y tener ideas geniales en otras áreas.

Por ejemplo, ¿has probado a montar un blog y escribir en él?

Esta es una práctica realmente sencilla de poner en marcha, con un coste muy bajo o totalmente gratuito. Escribir de forma desinteresada, siempre te ayudará a exteriorizar ideas o situaciones, lo que emocionalmente te dará más inteligencia y seguridad. Serás más propenso a relaciones fructíferas y eventualmente escribirás alguna genialidad que llamara la atención de tus profesores o personas importantes.

Siguen los tableros de anuncios, cuentas de twitter de la universidad o instituto y aprovechan para dar una opinión respetuosa y criticar para abrir debate.

5. Tú forma física y mental

Esto es siempre lo más obvio, pero no por ello, sencillo y habitual.

La nutrición y el ejercicio físico son claves para mantener tu estado físico y mental con buen equilibrio que nos faciliten las cosas.

Muchas veces nos preocupamos por tener mucho tiempo para realizar las tareas de estudio imprescindibles, pero olvidamos que preparándonos mejor seremos más eficientes y ganaremos tiempo, tanto a corto plazo como a largo plazo. Esto es lo que Stephen Covey, en su libro de los 7 hábitos llama “afilar la sierra” y previo a su concepto, Abraham Lincoln lo llamó “afilar el hacha”.

Dicho de otra manera. Ser inteligente en este sentido, significa, pasarte gran parte del tiempo, cuidando de tu salud para que cuando necesites rendir intelectualmente, estés en plena forma.

6. Inténtalo antes de estar listo

Esta es una verdad algo incómoda, sobre todo para aquellos que siempre quieren estar preparados antes de lanzarse a la aventura.

Me explico. Richard Branson, como otros autores con parecidas filosofías, habla siempre en modo “lánzate, y cuando estés encontrarás una solución”.

Se trata de un modo de atreverse a hacer las cosas que te saca completamente de la zona de confort y tiene un alto grado de aprendizaje, ya que estás constantemente trabajando y sintiendo tus emociones.

Lo contrario a esto y más normal, sería esperar siempre a estar preparado para lanzarte a la aventura. Esperar el “permiso” de tu licenciatura o diplomatura.

Pero los estudiantes más exitosos jamás se conforman con el sistema de aprendizaje lineal. Dan vueltas alrededor de la idea y se lanzan cuando intuyen una posibilidad de gran aprendizaje.

El apoyo “lógico” detrás de esta idea es que una vez comienzas, el camino se va abriendo ante ti y todo el proceso se retroalimenta entre si.

Esto no es una filosofía de vida en si, ni pienso que deberías convertirlo en un mantra para hacer las cosas, pero sí que es muy interesante valorarlo, entender su validez, y si te ves alineado, probarlo siempre.

El motivo es que muchas veces nosotros mismos estamos mucho más preparados de lo que creemos, nos ciega la linealidad académica y la preparación que esta nos dice que tenemos, y así, evitamos nuestro desarrollo desde nuestra propia creatividad. ¿Te suena el síndrome del impostor? pues esta es la definición detrás de este terrible bloqueo.

Si alguna vez anhelas hacer algo que por un lado de parece emocionante y por otro aterrador, seguramente te está indicando el mejor camino que puedes seguir.

Y con esto llegamos al final del artículo, ¿qué te han parecido estos hábitos? ¿crees en ellos para poder mejorar tu avance en tu universidad o instituto?

Aunque no pertenezcas al gremio de los estudiantes, ¿estás de acuerdo con estas ideas?

¿Añadirías alguna que a ti te funciona?

Déjame un comentario con tu respuesta, nos encantará leerle. Un abrazo y hasta la próxima semana 🤗.

 

Ideas basadas en “el libro de los 7 hábitos” de Stephen Covey.

sid