¿Quieres saber cómo concentrarte para leer, estudiar y memorizar?
Hoy vas a entender de una vez por todas por qué la sociedad está cambiando y por qué cada vez te cuesta más concentrarte en una sola tarea productiva. Ya te adelanto, que te va a sorprender.
Esto es “una verdad incómoda”, quizá te sorprenda, o quizá no, pero una cosa está clara: no vas a leer ni oír lo típico de… duerme bien, descansa mucho, aliméntate con súper alimentos, etc.
¿Estás listo para entender de verdad el secreto detrás de la falta de concentración que asola todo el planeta? Vamos allá… presta atención a esto:
Si eres una persona observadora ya te habrás dado cuenta. La sociedad está cambiando y no solo me refiero a la interacción de nuestras acciones con el entorno sino en la manera de pensar, de hacer, de relacionarnos, interactuar con los medios, con la información …
La irrupción en forma de ola gigante que ha hecho la tecnología en nuestras vidas ha sido arrolladora y de nada ha servido que una ínfima parte de la población se haya preguntado, en esta última década, si esto es positivo o negativo para las naciones, el estado, la humanidad.
Esta misma semana algunas revistas digitales especializadas (pretendía nombrarlas pero ahora sé que no puedo) publicaban como todos estos cambios impactaban en la sociedad del consumo, la economía y las empresas y como la situación Covid19 estaba acelerando exponencialmente descontroladamente el uso masivo de las tecnologías.
Sin ningún tipo de reflexión, sin filosofía, sin ciencia, sin plantearse nada del cambio que supone para la gente todo esto, cuando ya sabemos que es demasiado importante como para no valorarlo ni medirlo.
Vamos a ver el efecto real que está causando todo esto para entender mejor la triste evolución de nuestra capacidad de concentración y hacia dónde nos dirigimos si no empezamos a ser plenamente conscientes de ello.
El efecto de la dopamina generada por la era digital y sus consecuencias en la capacidad de concentración
Dopamine. Sabemos que somos adictos a ella. Por un lado es una sustancia necesaria para la supervivencia, y por otro, una trampa en la que es fácil quedarse atrapado cual yonqui en los años 80 a la heroína.
Hoy más que nunca, la sociedad demanda inmediatez, estímulos rápidos, acciones que resuelvan y palíen el estrés de la mente del hombre moderno. Lo contrario sería parar, respirar consciente, mirar alrededor para ver dónde vivimos, qué hacemos y quiénes somos.
Veamos con más detenimiento qué sabemos sobre la dopamina, a través de los últimos estudios científicos contrastados.
Estudios sobre el efecto de la dopamina en el cerebro
Tenemos estudios sobre el efecto de la dopamina en el cerebro desde los años 50.
Estudios en ratones a los que les estimulaban artificialmente el cerebro para que segregasen el neurotransmisor de la dopamina dejó ver el efecto de esta sustancia en la mente. Las mismas cobayas no paraban de pedir más estimulación artificial cuando sabían que moviendo una palanca sucedía dicho estímulo.
Se ha constatado en humanos y el efecto es, si no el mismo, muy parecido y en la misma línea.
Somos “esclavos de esta sustancia”, la necesitamos para pasar a la acción, para motivar nuestros actos. Sobre todo para tareas que requieren cierta cognición.
Que quede claro. La dopamina no es mala, es necesaria y hay varios alimentos ricos en este aporte. Pero debe administrarse en dosis de forma natural o como la encontraríamos en la naturaleza, como nos la ofrecía el mundo antes de que empezara siglo del “progreso” con toda la inversión tecnológica y científica que hemos forzado a hacer al planeta y a la humanidad sin medir en ningún momento las consecuencias.
Si lo piensas bien todo tiene bastante lógica.
El equipo del Dr. Michael J. Frank, de la Universidad de Brown en Providence, ha estudiado el efecto de este neurotransmisor experimentando cómo afecta la dopamina en la motivación de las personas a través del fármaco Metilfenidato, que es la medicación utilizada en pacientes de TDAH. Pese a que todavía no tienen claro cómo funciona este medicamento a la hora de mejorar el rendimiento mental, parece evidente que es capaz de incitar a la motivación de tareas difíciles que requieren mantener la concentración por periodos prolongados de tiempo.
De esta manera los investigadores sugirieron que la dopamina influye directamente en la toma de decisiones que realiza el cerebro a la hora de valorar si compensa o no realizar una tarea compleja.
Durante las pruebas, se administró el medicamento Metilfenidato en bajas dosis lo que aumentó los niveles de dopamina y con ello la disposición de las personas a centrarse mejor en los beneficios (dinero) que ofrecían al realizar los ejercicios de memoria más complejos.
Es decir, que los sujetos a los que se les aumentó la dosis de dopamina y que a la vez tenían una capacidad baja de absorción de la misma, cambió su sensibilidad al coste/beneficio de realizar una determinada acción.
Ahora, ¿quieres saber qué tiene que ver todo esto con tu falta de concentración y motivación?
¡ATENTO!
La facilidad con la que internet nos provee de estímulos artificiales
Internet y la tecnología doméstica son tu nueva dopamina, tu droga diaria. Y al obtener de forma tan fácil tu recompensa, te sientes satisfecho con el más mínimo esfuerzo. Lo que a su vez, hace que cada vez te cueste más dedicar tiempo a tareas difíciles, que sabes que son esenciales para una felicidad “más robusta”, pero que eres incapaz de llevar a cabo porque has adquirido demasiada tolerancia a esa satisfacción instantánea.
Está claro. Si para algo sirve internet y el mundo digital es para estimular nuestra mente. Y voy a hacerlo simple para que entienda y sin alargarme. Así recibes cada día sobre-estímulos de dopamina:
- Desde tu smartphone:
- Whattsapp, listando contactos.
- Whattsapp, enviando y recibiendo mensajes en formato texto imágenes o video.
- Telegram, lo mismo.
- Instagram. El más salvaje de todos. Podrías vivir solo con Instagram, el día te pasaría volando y no te enterarías de nada. ¿Me equivoco?
- TikTok
- Y un laaargo etc…
- Desde tu ordenador:
- Videojuegos.
- Películas.
- Redes sociales.
- Pornografía.
- Y un laaargo etc…
- Desde la SmartTV:
- Series y películas desde cualquier plataforma, Netflix, HBO, Filmin…
- Noticias e información morbosa y/o fácil de consumir.
- Tele basura.
- Y un laaargo etc…
Pero espera, ¿crees es que solo el mundo digital lo que te sacia fácilmente de dopamina? Para nada…
Mira lo que comemos, ¿has escuchado o leído alguna vez sobre el sabor Umami?
Otro día me extenderé sobre cómo afecta la trampa del Umami en nuestras vidas, hoy vamos a seguir con el tema que nos ocupa (:
Vale y ahora… me cuentas qué tiene que ver todo esto con mi problema para concentrarme en la lectura de un libro
Claro que sí. Para eso estás leyendo este artículo con tal interés.
Verás, estoy harto de ver como otros sitios dicen siempre lo mismo: que si estrés, que si ansiedad, que si desmotivación, que si consumo de drogas y alcohol, que si falta de sueño 😒
En fin, nada incorrecto del todo, pero nada que te dé información que de verdad importa. Vamos a ver…
[NOTA: estoy simplificando mucho el concepto para darlo a entender, he dejado las fuentes consultadas bien linkadas arriba para que cada uno se pueda informar mejor y de hecho recomiendo hacerlo, puedo equivocarme, por supuesto, así que los más puristas pueden revisar incoherencias]
Como hemos visto, el cerebro requiere de ciertos estímulos que para que una acción se lleve a cabo, necesitas motivación. Esa motivación por lo visto se activa desde el neurotransmisor de la dopamina. Y esta dopamina la puedes recibir a través de diferentes ámbitos (de fiesta con amigos, cuando vas a un centro comercial, en el colegio, la universidad, tu casa…), además también la puedes recibir desde diferentes dispositivos (smartphone, ordenador, smartTV, tabletas digitales), o realizando diferentes acciones (sexo, comida, deporte, hábitos más o menos entretenidos)… es curioso que probablemente, todos estos actos serían juzgados como el pecado capital de la gula en contraposición a la templanza.
El problema es que desde hace menos de 25 años el ser humano ha sido literalmente invadido por la digitalización que ha permitido una fuente inagotable de dopamina fresca, rápida y divertida a través de las pantallas. Y al habernos habituado tan rápidamente a esta fuente de estímulos mentales, rápidos, divertidos y frescos con CERO ESFUERZO por nuestra parte, hemos permitido que nuestra capacidad de rendimiento para concentrarnos y estar atentos para aprender cosas nuevas y de verdad interesantes para nosotros se vea completamente mermada.
Es decir, ¿por qué íbamos a disfrutar de una novela donde la acción transcurre de una forma metódica y pausada, entre líneas de texto, pasando páginas durante 7, 8, 9 o 20 horas que nos llevaría completar un libro? La recompensa a corto plazo es nula en comparación con jugar al Call of Duty o ponernos nuestra serie favorita.
En estos momentos necesitamos de mucha más “carga dopamínica” para que nos compense la recompensa de la lectura. Mientras que hace 50 años, aquel que poseía un libro y sabía leer disfrutaba el equivalente a la maratón de Juego de Tronos en la actualidad.
Ya no hablemos de siglos atrás…
Este es el verdadero motivo por el que te cuesta tanto concentrarte en tareas “complejas”, como leer un libro o estudiar.
¿Y además… todo esto tiene algo que ver con la felicidad?
Por desgracia está directamente relacionado con cómo nos sentimos en el momento. Si estamos segregando dopamina, nos sentimos bien, realizados, y con ganas de continuar aquello que nos está haciendo sentir de la misma forma. Este es el motivo de la trampa que suponen los estímulos superfluos y fáciles que nos trae el mundo digital, la comida basura, el sexo por internet, los videojuegos, etc.
En el momento que estás saturado de esto, ya nada te resulta atractivo. Empieza la apatía y a falta de motivación. Aquí es donde tienen razón las “psicotecas” que hablan de que la falta de concentración se debe al estrés laboral, el consumo de drogas y bla, bla, bla…
La grave problemática que se percibe y el futuro que se vislumbra sin que nadie o ninguna institución o responsable de la salud y la educación haga nada
Si todo continúa igual, en 20 años estaremos completamente sumergidos en una realidad que obvia por completo las relaciones directas para dar paso a la individualización o al filtro electrónico desde el que intercambiaremos prácticamente todo.
Y al margen de lo que supondría el cambio desde puntos de vista éticos, debemos tener claras si puede o no traer consecuencias graves para la salud en forma de enfermedades indirectas de toda la amalgama de problemas que ya hemos citado.
Sabemos que las instituciones y gobiernos reaccionan muy lentamente. Así que para paliar la situación o hacerla más comprensible debemos preguntarnos con la mano en el corazón si de verdad queremos dejarnos arrastrar por esta corriente.
¿Cómo empezar a combatir la falta de concentración y motivación cuando leemos y estudiamos?
Una vez sabemos todo lo expuesto, podemos ser conscientes de la situación para empezar a ponerle remedio.
Seré breve con esto por que ya deberías suponer qué hacer para mejorar tu concentración teniendo en cuenta la problemática descrita.
Empieza un ayuno de dopamina digital junto con una mejor alimentación y hábitos saludables.
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros desde nuestra individualidad para evitar problemas graves de déficit de atención en los hijos y adultos, que no sea tomar anfetaminas (la actual medicación)?
Te dejo unas ideas elementales para que veas por dónde tirar (si quieres):
- Deja el teléfono apagado, ponte el reto. #Apagoelcelulardeuna****vez. Hazlo primero durante un día (entero) a la semana, luego dos y luego usa el sentido común para restringir las horas.
- Haz lo mismo con las series y videojuegos, empieza cortando a la mitad el tiempo que dedicas actualmente a visionar tv, series, películas o interactuar con juegos.
- Deja de comer comida basurilla. Durante 3 días a la semana, no comas nada que tenga ingredientes que no puedas identificar o esté demasiado procesada: burgers, o comida muy golosa, tipo kebabs, pizza o snacks. Igual con las bebidas estimulantes y sabrosas que todos conocemos.
- Durante estos días mantén una línea de deporte regular, si ya lo hacías perfecto. Si no, empieza con algo poco a poco.
- Durante el tiempo que deberías estar entretenido en tu mundo digital, ponte a leer un buen libro.
Después de 4 semanas de mantener este proceso durante uno o dos días a la semana. Mantén tu hábito y lectura y trata de percibir si has visto alguna mejora en tu nivel de concentración.
Puede que este reto #cerodopaminadigital lo describa mejor y más detalladamente más adelante, quizá en otro artículo para que tengas una guía clara de cómo empezar y continuar hasta que veas resultados.
Al margen de que lo vuelva a especificar mejor, cada uno es responsable de aplicarlo con la mayor o menor responsabilidad. Para que realmente podamos ver cambios de ánimo y rendimiento en nuestra concentración vas a tener que poner de tu parte.
Y a partir de aquí todos esos listados de webs de psicología donde hablan de dormir mejor y hacer ejercicio, por fin cobrarán sentido.
Espero que no vuelvas a preguntarte nunca más por qué te cuesta tanto concentrarte en cosas que deberían ser útiles y productivas para ti. Te recomiendo que leas el artículo una segunda vez para afianzar bien la idea.
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