La obra culmen de la literatura española y una de las más traducidas a diferentes idiomas en toda la historia de la humanidad.
Y casi seguro que tú también entras dentro del 78% de los españoles que no lo ha leído.
Hace unos días, el periódico La Vanguardia publicó un artículo sobre Lectura Ágil hablando de las técnicas que permitirían que tú también leyeses la obra de Miguel de Cervantes en un tiempo récord: menos de siete horas.
Sin embargo, José Manuel Lucía Megías, presidente de honor de la Asociación de Cervantistas, no está de acuerdo con nuestros métodos. Dice “la literatura también es forma y no es cuestión de leer muy rápido, sino de disfrutarlo”.
Y no podríamos estar más de acuerdo.
Siempre se habla de ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, sobre todo ahora que celebramos ni más ni menos que el IV centenario de la muerte de Cervantes. Sin él, la lengua española no sería lo que es.
Pero la verdad es que encarar y digerir la obra cumbre de nuestra literatura es algo bien distinto a hablar de ella. Muchas personas desearían poder leerla, pero se encuentran sin tiempo y, siendo honestos, también muchas veces sin ganas de sentarse con semejante libro.
A veces para enfrentarse a gigantes, aunque sean ficticios, hace falta una buena preparación. Y eso es lo que quiero que aprendas hoy para que puedas, por fin, sentarte con El Quijote.
En Lectura Ágil creemos que se puede disfrutar de la obra de Cervantes sin necesidad de pasar horas y hasta meses enfrascados en una lectura densa. Y es que entre leerla rápido y no leerla nunca, preferimos que al menos la leas una vez y podamos disminuir ese 78% que no han podido con ella.
Pero te quiero advertir desde ya mismo que vas a necesitar una buena preparación antes de ponerte a ello, porque nuestras técnicas no son sólo cuestión de ‘leer rápido’ sino de leer bien.
¿Cuál es tu nivel de lectura?
¿Eres un lector lento, promedio o rápido? Haz ahora nuestro test de lectura y comprensión para saberlo.
Analizando la obra
La mayor dificultad que presenta El Quijote no reside tanto en su longitud (que también hay que tener en cuenta) como en su complejidad.
‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’ es una obra que data del siglo de oro español y cuyo lenguaje se nos hace extraño hoy en día. La narrativa, el vocabulario y los acontecimientos son de una época cada vez más lejana y ajena, por lo que su lectura no resulta nada fácil si decidimos no optar por una edición adaptada.
Siendo justos, la mayoría de los hispanohablantes no están familiarizados en absoluto con esta clase de literatura, así que pedir que te sientes con semejante libro sin preparación previa es un suicidio.
Es por ello que nuestra mejor arma para esta batalla será principalmente informarnos bien sobre el contexto y desarrollar un buen patrón con el que navegar por el texto sin problemas. Para ello, como ya sabrás, hay que indagar a fondo sobre el autor, la obra y el periodo.
No nos vale sólo con saber quién era Cervantes y que su mayor obra es El Quijote. Tienes que saber responder a otros interrogantes importantes: Quién, cómo, cuándo, dónde, por qué…
Por ejemplo, es útil saber que El Quijote fue una novela muy novedosa para su época. En el siglo de oro se llevaba la caballería, y un personaje tan pintoresco como Don Quijote chocaba enormemente con la épica y sus tradiciones. La intención de Miguel de Cervantes era hacer una crítica social, y no es posible comprender todo el significado de la obra si se obvian detalles tan importantes como ese.
Indagando sobre El Quijote paso a paso
Contexto
Antes de empezar, afianza tu patrón y estudia la obra y a su autor. No hace falta que escribas una tesis sobre ello, pero sería bueno que le dedicases un rato a leer sobre Cervantes y sus motivaciones, y también por qué la obra ha llegado a ser tan importante en la cultura occidental.
Una vez tengas eso ganado, sería recomendable que te familiarizaras con el contenido de la obra y las historias que vas a encontrar.
Recuerda que tener una idea general de lo que vas a leer te ayudará enormemente a no perderte en la lectura y a saber por dónde vas en todo momento, aunque el vocabulario y la narrativa te resulten complicadas.
Muchas personas están ya familiarizadas con algunas de las hazañas más populares de Don Quijote, como su famosa pelea contra los molinos de viento. Pero otras no lo son tanto.
Como cada capítulo es auto conclusivo, es muy fácil acceder a un resumen que te ayude a crear un mapa mental de la obra. Ese esquema será tu guía y ancla en todo momento.
Vocabulario
El vocabulario es otra de las grandes trabas que presenta este libro.
La forma de hablar, el uso de las palabras y la narrativa hacen que sea fácil perder el hilo de la lectura, sobre todo si no estamos acostumbrados a leer autores de este periodo. Pero eso tiene una solución bastante sencilla.
Parte del problema debería estar ganado ya al haber consultado una guía previa.
Sin embargo, ya que no podemos pararnos a mirar la definición de cada palabra que nos resulta extraña, sí podemos hacer una pre-lectura para familiarizarnos con el texto antes de ponernos a ello.
¿Cómo se hace? Tienes dos maneras muy sencillas sin necesidad de tirar de diccionario:
La primera consiste en leer fragmentos sueltos de esa misma obra, sólo con la intención de hacernos al vocabulario y a la forma de hablar del autor. Leer unos pocos minutos durante varias semanas hará que cuando nos vayamos a sentar de verdad con el libro nos resulte mucho más fácil.
La segunda es leer algunas otras obras del mismo periodo antes para que cuando lleguemos al famoso Don Quijote todo vaya rodado.
Técnicas de Lectura Ágil
Hay varias técnicas que se pueden aplicar a esta obra para optimizar el rendimiento, pero hay tres que son de vital importancia.
La primera de todas es trabajar la concentración.
Para ello, define dónde y cuándo vas a leer, y por cuánto tiempo. Con eso ya instruyes a tu cerebro a que esté listo para la tarea. Además, haz pequeñas pausas cada 20-25 minutos para mantener la concentración y que el texto no se haga demasiado pesado.
Los descansos te permiten descansar los ojos y distraer a tu cerebro para que sea capaz de regresar a la tarea en condiciones óptimas.
La segunda y probablemente la que más recomiendo, es el uso del marcador.
Ayuda a tus ojos usando el dedo o una guía, como un lápiz o un palillo chino. Te sorprenderá lo mucho que puedes avanzar en la lectura cuando le das otro ‘apoyo’ a tus ojos para no distraerse.
Además, el uso del marcador mantiene un ritmo constante y te ayuda a aumentar la velocidad de forma progresiva conforme te adaptas.
Y por último aunque no menos importante, hay que trabajar la fijación.
Cuantas menos fijaciones tengas que hacer, mayor será tu velocidad de lectura y, como ya sabrás, eso facilita la lectura en imágenes en vez de por palabras ya que reduce la famosa voz interior.
Eso quiere decir que serás capaz de visualizar el contenido casi como si fuese una película en vez de estar ‘leyéndolo en tu cabeza’. Es una de las grandes ventajas de los métodos de Lectura Ágil, que no sólo lees sino que también lo ‘ves’.
Estas dos técnicas ya han sido descritas en muchas ocasiones así que no no voy a entrar a definirlas mucho más. Pero si eres nuevo y quieres saber más al respecto, puedes aprender más aquí.
¿Por qué lo estás leyendo?
Créeme, aunque esta pregunta te sorprenda es la más importante de todas. Saber por qué te has sentado a leer este libro te puede ayudar muchísimo a fijar tus objetivos sobre la lectura y a definir qué estrategia quieres tomar.
Como bien dice José Manuel Lucía Megías, “una lectura verdadera y placentera de El Quijote no debería cronometrarse”. Y si lees por placer, para disfrutar de la obra y de sus peculiaridades, te animo a que te tomes todo el tiempo que sea necesario.
En Lectura Ágil no negamos en ningún momento que esa sea una buena forma de leer.
Pero hay muchas personas que no tienen un interés académico por la obra, sino que sienten curiosidad y desearían poder leerla, pero se sienten abrumados por su complejidad y longitud.
Sin conocimientos de literatura ni del lenguaje ni del periodo, enfrentarse a El Quijote es de verdad todo un reto.
Por eso lo que te ofrezco hoy es otra forma de culturizarte, de hacerte a la obra y de poder disfrutarla a tu manera.
Conclusión
Como ya has visto, no es sólo cuestión de leer rápido.
En Lectura Ágil trabajamos mucho con el contexto del libro, ya que eso apoya a la lectura en sí, y con otras muchas técnicas que engloban la memoria, la concentración y la velocidad.
Si vas a estudiar y analizar la obra, desde luego vas a tener que estar parándote y tomando notas al respecto. Pero si lo que quieres es quedarte con las ideas principales del libro y ver con tus propios ojos el mundo de Don Quijote, entonces esta estrategia es la tuya.
Preferimos que saborees la obra maestra de Miguel de Cervantes, aunque sea rápido, antes de que nunca llegues a leerlo.
Todas estas técnicas se pueden aplicar a El Quijote, pero también te valen para cualquier otro libro que quieras leer en un tiempo récord. Pero ten en cuenta que si nunca has practicado la lectura ágil antes, te va a llevar algo de tiempo.
Un adulto lee un promedio de 200 palabras por minuto mientras que un lector ágil puede alcanzar fácilmente las 1.000. Pero todo ello conlleva práctica y trabajo constante.
Después de leer esto, ¿te animas a leer ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’? Cuéntamelo en los comentarios.
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