¿Recuerdas cómo y cuándo te enseñaron a leer?

Probablemente fue a una edad temprana y del mismo modo en que han enseñado a tus hijos, hermanos o incluso a tus padres. Pero…

¿No te resulta extraño que habiendo tantos avances, se sigan empleando los mismos métodos?

Con la cantidad de nuevas técnicas y recursos disponibles, la lectura y la comprensión deberían haber avanzado notablemente en las últimas décadas. Pero no, la gente sigue acumulando errores muy básicos que se podrían solucionar de forma muy fácil.

Pero eso, hoy quiero traerte tres errores que están evitando que leas más rápido y comprendas mejor el texto.

 

1. Una palabra cada vez

Sé que ya he mencionado este error con anterioridad, pero de verdad que es importante.

Al aprender, es normal que te fijes en una única palabra. Estás aprendiendo y muchas veces no sabes lo que significan.

El error es cultivar esta práctica una vez pasado cierto grado de comprensión
que se produce en torno a los 12 años. Para entonces, un niño ya es capaz de leer grupos de palabras.

Por ejemplo, si estás leyendo un texto y te encuentras “Ciudad de Méjico” o “Gran Bretaña”, tus ojos captan el conjunto de inmediato en vez de detenerse a leer palabra-por-palabra para construir el significado.

Claramente, si puedes hacer eso también puedes acostumbrar a tus ojos y cerebro a percibir más en conjunto. Piensa que cuando extendemos los brazos 180 grados al lado del cuerpo, seguimos viendo nuestros dedos.

¿Cómo puedes cambiar esto?

Gran parte de este problema proviene de nuestra visión periférica, que está poco entrenada.

Para solucionar esto puedes recurrir a una gran variedad de ejercicios como por ejemplo, fijarte en carteles publicitarios y anuncios cuando vas por la calle. Intenta agruparlo en un solo bloque.

 

2. Releer cuando no toca

¿A que alguna vez has leído una frase, o incluso un párrafo, o incluso páginas enteras para después preguntarte qué acabas de leer?

Ese es el momento en que tus ojos vuelves atrás. Evítalo.

Sí, es cierto que releer puede ayudarte en muchos aspectos. Sin embargo, esto no se aplica a la lectura continua.

Tu mente va a perder atención sí o sí.

Puede que estés cansado, que la frase esté mal escrita o que necesites más contexto.

En cualquiera de los casos, releer no debería ser una opción.

Continúa.

Lee el párrafo entero, incluso el resto de la página y entonces, sólo entonces, determina si estás perdiendo contenido de verdad o si tu compresión se mantiene a pesar de haberte saltado esa frase o párrafo.

 

3. No tener ni idea de qué estás leyendo

Mucha gente lee libros y artículos de principio a fin.

Aunque pueda parecer bueno, es un error que en el género de la no-ficción es crucial.

Piensa que estás invirtiendo tiempo en leer absolutamente todas las palabras de ese texto. En su lugar, podrías dedicar unos minutos a familiarizarte con él para poder leerlo más rápido o incluso saltar directamente a las partes que te interesan.

No pierdas el tiempo leyendo más despacio para recoger toda la información.

En su lugar, puedes hacer lo siguiente:

Leer un resumen del libro o incluso por capítulos.

  • Usar Amazon o Goodreaders para leer la sinopsis y algunos comentarios y reseñas del libro.
  • Buscar vídeos en YouTube sobre el libro o incluso entrevistas al autor.
  • Leer el índice y marcar aquellos capítulos que más se relacionan con lo que te interesa. Si es un artículo, lee la primera frase de cada párrafo.

También puedes mirar estos trucos para leer mejor con los que podrás familiarizarte más con el texto para aprovechar al máximo tu lectura.

Y si te has quedado con ganas de más… ¡Aquí tienes otros 3 errores que no deberías cometer!

Como estos, hay muchos otros errores que seguramente puedas corregir para mejorar tu velocidad, comprensión y memoria, que son la clave de todo lector rápido.

sid