Todos necesitamos concentración, desde un médico cuando está realizando una cirugía, un estudiante antes de un examen o un arquitecto al diseñar una obra.

Lamentablemente, la concentración parece ser un estado cada vez menos frecuente en las personas pues somos muchos los que enfrentamos problemas de concentración.

Concentrarnos es fundamental para que las cosas nos salgan bien, para que podamos cumplir con nuestras metas y objetivos, así como para no cometer errores. Por ello, quiero redactarte cuáles son las claves para mejorar la concentración, y así poder enfocarte mejor y más fácilmente, sin sufrir tanto en el proceso.

¿Qué es lo que hace que te desconcentres?

Ya hemos hablado en este blog sobre ejercicios para potenciar la concentración pero hoy vamos a centrarnos en en la pérdida de concentración más generalizada, ¿por qué nos despistamos con tanta facilidad?

Dicho esto, antes de conocer nuestros consejos para mejorar la concentración, es necesario identificar cuáles son las causas que provocan que nos desenfoquemos de nuestras metas o tareas. A continuación, te explico las 6 causas más comunes, así podrás atacar su origen y mejorar tu concentración.

  • Falta de ejercicio físico: Ya hemos hablado en otros artículos de la necesidad de equilibrar el sedentarismo con algo de acción corporal. Ser activo con los hábitos de deporte te ayuda a mantenerte en un estado mental óptimo.

 

  • Deshidratación: Aunque no lo creas, la falta de agua para el cerebro es una detonante de desconcentración. Y es que tu cerebro necesita de agua para realizar ciertos procesos bioquímicos que lo ayudan a trabajar mejor, por algo se dice lo de los 2 litros de agua al día, aunque sea una estimación, trata de tomarte esta idea como algo importante.

 

  • Falta de sueño: Dormir mal es otra de las causas más frecuentes de desconcentración. Trata de respetar tu horario de sueño, así como la calidad y tiempo del mismo.

 

  • La pre-ocupación (pensamiento hacia el futuro): la ansiedad y las preocupaciones por problemas y cambios laborales, familiares, de salud etc que pensamos no poder controlar como nos gustaría. Esto es el miedo de nuestro cerebro primitivo (o reptiliano) que nos posiciona de forma natural en un estado defensivo, de supervivencia.

 

  • Frustración, indignación (por lo que podía haber sido en el pasado) y no ha mejorado nuestra vida en el presente. Siempre hay algo que nuestra mente se encargará de recordarnos en forma de recriminación. Mientras te puedas comparar con algo o alguien mejor, y ello afecte a tus egos más materialistas, siempre estarás en la rueda del hámster que te limita la libertad mental, fulmina tu energía y evita que te concentres en lo que necesitas.

 

  • Factores ambientales y objetos relucientes: si bien no podemos controlar lo que nos rodea, si podemos prever el impacto de factores externos en nuestra concentración. Desde música muy alta o ruido, hasta la temperatura de la habitación, la luz, la comodidad de la silla o un compañero pueden afectar nuestra concentración. Lo ideal es saber sobrellevar, tolerando o corrigiendo estos puntos. Entender que estamos rodeados de objetos diseñados para distraernos es vital para empezar a corregir esta adicción de nuestro cerebro. Televisión, móviles, entretenimiento, shopping y todos los complementos que necesitamos para parecernos al personaje de turno que admiramos, nos sacan de “la zona”de foco.

 

¿Cómo mejorar mi concentración?

1. Atiende y se consciente de los handicaps que acabamos de destacar.

Sí, sabemos que esto puede sonar evidente, pero atender las causas que provocan desconcentración es el primer paso para mejorar la concentración. Comienza por beber suficiente agua a lo largo del día y regular y establecer un hábito de deporte.

Elimina toda la música y distractores externos que puedan desenfocarte de tu tarea. Si estás en un lugar con mucho ruido, muévete. También debes procurar dormir bien pues el sueño es fundamental para que nuestro cerebro se mantenga enfocado en lo que realmente importa. Recuerda y se consciente que los objetos relucientes están ahí para sacarte de tu zona de foco y concentración.

 

2. Haz descansos breves.

Uno de los consejos fundamentales para no perder la concentración es darte pequeños descansos los cuales te ayudarán a despejarte y así poder seguir trabajando con mayor eficiencia. Estos descansos breves pueden ser, por ejemplo, cada hora o cada dos horas, dependiendo de la intensidad del trabajo. Ten en cuenta en este punto técnicas como la del pomodoro para trabajar.

Si te sientes muy saturado, puedes salir a dar un paseo de al menos 15 minutos, este paseo ayudará a tu cerebro a oxigenarse pudiendo evaluar desde otras perspectivas tus problemas. Otro consejo básico es que durante estos descansos dejes dispositivos electrónicos y despejes tu mente del trabajo, piensa en algo totalmente distinto, trata de conectar con la naturaleza.

 

3. Controla la cantidad de áreas a la vez que quieres cubrir.

Este consejo es útil tanto para el trabajo como para la vida escolar. Y es que muchas veces, con el afán de hacer más en menos tiempo llegamos a mezclar asignaturas del colegio o tareas pendientes de distintas áreas de nuestro trabajo sin llegar a enfocar nuestra energía en nada en concreto.

Cuantas más tareas intentes abarcar, menos pendientes lograrás resolver, así como menos concentración tendrás para completarlas. Lo ideal es trabajar sobre una o dos tareas de la misma materia y una vez que liberes esas tareas, continuas con las siguientes. Para organizar esto puedes hacer un cronograma o calendario de actividades por materia o área.

 

4. Planea y organízate.

De acuerdo con diversos expertos, la mejor forma de mejorar tu concentración es mediante la organización y la planificación. Para algunos, el primer paso que debemos dar es organizar nuestro escritorio, para tener un ambiente amigable de trabajo. Después debemos organizar nuestros pendientes por prioridades, cuál urge más y cuál menos, importante vs urgente.

 

5. Motivación, energía y entendimiento del pensamiento

El control de tus pensamientos, muchas veces el pesimismo, la ansiedad o el sobre pensar las cosas afecta directamente a tu energía y por ende a la calidad de concentración. No dejes que tus pensamientos te lleven a divagar. Es la más difícil y siento decirte que la más común entre la humanidad. La mejor manera de quitarte la energía que necesitas para lo que realmente te importa, es no ser capaz de parar pensamientos negativos o banales.

En cuanto a la motivación, es muy importante para que nos concentremos en avanzar hacia el objetivo marcado y seguir trabajando. Tener un motivo (un por qué) y un objetivo, te ayuda a mantenerte en el camino, por lo que una buena  idea es colocarte algún letrero o elemento que te ayude a recordar tu motivación emocional, qué es lo que quieres lograr y cómo cambiará tu vida cuando lo consigas.

Aplica estos consejos y mejora tu vida

Ahora que ya conoces cuál es la mejor forma de mantenerte enfocado, el siguiente paso es poner a prueba estos consejos para mejorar tu vida. Si sigues al pie de la letra lo que aquí te contamos, tendrás resultados casi de forma inmediata.

Me interesa tu opinión: ¿te cuesta concentrarte habitualmente?

¿qué implicación le darías en una escala del 1 al 10, al problema que te puede suponer la falta de concentración para alcanzar tus objetivos?

sid