Seguro que en más una ocasión has pensado… qué listo o inteligente es ese chico/a, y más asociado a la vejez, qué sabia es esa mujer… o ese hombre.
Y desde luego que ser sabio, no necesariamente tiene que ver con la vejez. Por ello, te presento 7 rasgos característicos que distinguen la inteligencia de la sabiduría.
Aunque están muy relacionados, existen grandes diferencias entre uno y otro, así que vamos a compararlos en más detalle y de forma muy esquematizada y simple.
A continuación te mostramos cómo afrontan algunas situaciones, dependiendo si la persona es más inteligente o sabia.
Tomando decisiones profesionales
El inteligente mide las últimas tendencias del mercado relacionando un análisis profundo.
El sabio pondera, además, atención a elementos más sutiles en base a sus experiencias y percepciones.
Cómo tratan la información que reciben
Los inteligentes procesan información desde experimentos lógicos y sistemáticos. Tienden a crear sistemas algorítmicos.
Los sabios procesan de forma más “coherente” y buscan el equilibrio entre lógica y emoción. Tienden a trabajar con sistemas heurísticos.
Cómo se toman las opiniones de los demás
Además de solucionar problemas, ¿motivan a los demás?
Los inteligentes confían en su conocimiento para resolver conflictos y se sienten bien con ello. Obvian así, algunas veces, la opinión de otros. (Decisiones fundadas o infundadas).
Los sabios se atreven a confiar en su juicio e intuición para inspirar a otros a solucionar y aportar nuevas ideas. (Riesgo)
Cómo obtienen motivación para continuar
Los inteligentes son conscientes de sus habilidades y confían en ellas para llegar a metas y ambicionar más.
Los sabios son conscientes de sus debilidades y se mantienen humildes e “ingenuos” para dejarse sorprender y no perder curiosidad.
Cómo aprenden; Confianza vs Humildad
Los inteligentes adquieren y aplican conocimientos bastante rápido. Dan mucho crédito a la analítica y la estadística.
Los sabios tardan más en saber y aplicar conocimiento porque profundizan más para entenderlo y combinarlo con lo que ya saben (aprendizaje significativo).
Cómo trabajan como superiores o jefes
Los inteligentes pueden imponer sus pensamientos, son sabedores de hechos veraces y son taxativos. (Ego no controlado).
A los jefes más sabios les gusta aceptar diferencias entre los demás y ellos. (Observación de la realidad).
Cómo se inter-relacionan para aprender con los demás
Los inteligentes dicen y hablan de sus ideas, algunas de las veces para recibir feedback y otras, para reafirmarse a sí mismos.
Los sabios captan pensamientos, escuchando a otros y definen y matizan ideas a medida que lo ven necesario.
Estas comparativas, no son en ningún caso algo exacto, de hecho, casi todas las personas tienen más o menos rasgos que bien podrían asociarse a un lado u otro.
Sencillamente, estamos destacando cómo podrían ser las tendencias predominantes en las personas que acusen más inteligencia o sabiduría.
Veamos ahora en más detalle las definiciones y orígenes.
Inteligente/inteligencia:
Del latín intellēctus> intellege, está compuesto por inter (entre) y legere (leer) que viene a significar, que captas lo que se está diciendo o leyendo.
Sabio/sabiduría:
Del latín sapere, que significa saber algo, conocerlo. Y puedes adquirir este conocimiento, no solo desde la lectura y estudio, sino desde cualquier otro elemento.
La primera parece más un “verbo de acción”: Se es inteligente porque se aplica una capacidad, una habilidad y se hace algo con ello; estudiar, leer, aprender…
La segunda parece más bien para calificar, “como un adjetivo”: Un sabio es alguien que ya tiene un conocimiento, que simplemente es y reflexiona.
¿Ves como se ven claras las diferencias, solo con su significado de origen (etimológico)?
Bien dicho esto, podemos deducir algunas cosas:
– Con la inteligencia aprendemos y asimilamos conocimientos nuevos: qué es la electricidad, por qué se mueve tan rápido un tren, cómo funcionan los mercados financieros, qué es la bio-ingeniería… y dependiendo de nuestras “inteligencias afines”, nos es más fácil encarar una temática u otra.
– Con la sabiduría, se reflexiona y se toman decisiones. Se utiliza la experiencia acumulada y la percepción del entorno.
Con inteligencia podemos definir el comportamiento de personas y animales. Pero un animal rara vez lo vemos como sabio.
La persona sabia suele denotar muestras de templanza y seguridad (confiada).
La inteligencia te ayuda en las clases, en la universidad, en tus estudios.
Por ello, los inteligentes se esfuerzan más en tener títulos académicos.
A los sabios no les preocupa tanto estar formado por academias reconocidas, sino conocerse a sí mismos para implementar o complementar ese saber en el plano terrenal.
Los inteligentes pueden caer en grandes faltas de ética y moralidad con tal de conseguir sus objetivos. También son víctimas de egos y pueden demostrar ínfulas de superioridad (pueden ser soberbios).
Los sabios no quieren ni necesitan demostrar nada. Y se alinean mejor con valores personales y de responsabilidad con el medio.
Y hasta aquí el artículo de la semana, breve pero a la vez conciso para tener una idea de estas dos cualidades maravillosas con las que destaca el ser humano.
~A los lectores también les ha interesado~
Cómo ser más productivo con la técnica Pomodoro
10 técnicas de estudio probadas
Cómo crear mapas mentales
¿Te has identificado más con una que con otra? Dímelo en los comentarios ¡y veamos cuantos hay en cada lado!